17 de octubre de 2012

Crítica ‘COSMÓPOLIS’. Lujo y abstracción a bordo de la limusina


David Cronenberg ha evolucionado su estilo película tras película. Si bien, casi todos sus trabajos se centraban más en la composición de la imagen estética, en sus últimos films predominan sobre todo los diálogos entre personajes. En ‘Cosmópolis’ no es que Cronenberg ya no posea creatividad estética en la imagen, si no que centra más su ingenio en dotar al film de enrevesados y críticos diálogos.

La mayoría de las escenas están montadas en el plano contra plano con algún que otro plano conjunto y prácticamente sin movimiento alguno de la cámara. No se dejan casi espacios insonoros entre frase y frase, dando todo el rato datos relevantes y reflexivos sobre lo que se está contando. Cosa que puede hacer que nos perdamos muy fácilmente y caer en la incomprensión. No digo que esto sea un error de concesión, si no que si queremos entender lo que se nos está contando al cien por cien, es casi obligatorio hacer más de un visionado a la película.

Desde el primer minuto del film, el conflicto queda claro y algo ridículo. Eric Packer (Robert Pattinson), es un jovencísimo bróker que quiere cortarse el pelo en la otra punta de Manhattan. Como he dicho, esto parece algo ridículo, pero si reflexionamos un poco sobre ello nos daremos cuenta de que Eric no es más que una pieza más del sistema capitalista incapaz de tener relación con el mundo real.

Metafóricamente, la historia está englobada en un gran travelling (la limusina) que se divide en diferentes bloques. La limusina quiere decir que este tipo de personas vive su día a día en constante movimiento, capaces de hacer multitud de cosas a la vez y exponer su privacidad sin ningún tipo de pudor ante los demás. La velocidad de la limusina la marca alguien que esta por encima de todo (incluso de los bróker), el presidente de los Estados Unidos. Esto es lo que hace que nuestro protagonista tarde casi un día entero en recorrer la isla de punta a punta.

Pero el viaje también se turba por una manifestación antisistema que poco parece afectarle a Eric en su lujosa limusina (me parece una fantástica crítica visual que muestra las diferencias entre los que controlan la economía y la sociedad). Eric también es capaz de casarse, pero no de entender el porque de una relación. Elise (Sarah Gadon) es la esposa de Eric que sospecha constantemente de la infidelidad de su marido por como este actúa y huele ante ella. Eric y Elise mantienen interesantes conversaciones a cerca se su relación que bien podría ser tomada por cualquiera. Eric se hace una pregunta constantemente, ¿dónde duermen las limusinas de noche?. Esta incógnita le llevara a descubrir su propio final.

Benno (Paul Giamatti) es la cara B de Eric. Antiguo trabajador suyo, será quién baje de la nube y devuelva a la realidad a este broker sin escrúpulos capaz de dispararse en la mano para sentir el verdadero dolor.

‘Cosmópolis’ es una película difícil de codificar y rara de ver. Su estructura es atípica y se escapa radicalmente de la narrativa común de otras obras. David Cronenberg adapta la novela de DeLillo en su forma más personal, arriesgándose a no ser entendido por el gran público, pero a sabiendas de a ver echo una de las películas del año para la critica y los diferentes festivales.

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