Ilustración de Eric Packer en "COSMOPOLIS" por The New Yorker y Review de la Película

     Robert Pattinson es el héroe de la adaptación de la novela 

         de DeLillo de David Cronenberg. 

                                                  CRÉDITO ILUSTRACIÓN POR TOMER HANUKA

( ... ) David Cronenberg ha adaptado la obra de un fantasioso apocalíptico aún más talentoso, Don DeLillo, cuya novela "Cosmopolis" (2003) le ha amueblado con un texto magníficamente escrito contemplado en su mayoría en una limusina. Cronenberg ha hecho una película-broma conceptualista inexpresiva, lánguida, excéntrica y de aspecto hermoso. 

El héroe es uno de esos depredadores capitalistas jóvenes que han estado rondando la ficción americana (por ejemplo, "La hoguera de las vanidades" y "American Psycho"). Su nombre es Eric Michael Packer, interpretado por Robert Pattinson, el vampiro galán y fastidioso de la serie "Twilight". Eric es un gestor de activos de veintiocho años de edad, cuya vida está a la vez completamente protegida y completamente vulnerable. Da un paso hacia su limusina por la mañana en un traje de Gucci y gafas oscuras, y anuncia su intención de cruzar Manhattan por un corte de pelo. Pero su progreso a través de la ciudad se ve interrumpida por el tráfico que provoca la aparición del Presidente.

Un joven erudito pero vacante, Eric vive principalmente dentro de los circuitos pulsantes de información electrónica. Podemos sentir repugnancia de DeLillo por el mundo desmaterializado de la manipulación financiera; hace de Eric una especie de metáfora de ciencia-ficción de un ser humano, y Cronenberg cuenta con el hombre adecuado para un cyborg. Pattinson tiene ojos grandes, cejas pesadas, una voz suave. Él es sombrío y silencioso, un actor minimalista, pero tiene suficiente tensión para mantenernos interesados ​​en esta fluencia inteligente. Para Eric, el pasado no existe, el presente es simplemente dinero que sube en todo el mundo, el futuro es suyo para habitar. Dentro de su coche, vive en un punto, la economía de mercado crea actividad histérica a su alrededor. Aunque DeLillo escribió la novela unos pocos años después del colapso de tecnología de 2000, ahora parece profético acerca de la mucho mayor colapso de 2008. 

Cronenberg ha conservado gran parte del diálogo de DeLillo, que es, por turnos, recortado y expansivo y de ideas-tachonadas una especie de exposición postmodernista de cómo funciona el dinero en el ciberespacio. Y ha llegado con un equivalente a cortante de DeLillo y equilibrio, un fresco estilo de hacer cine que se mide y la calma clásico, sin una inyección extra o cortar. El interior del coche está diseñado en tonos de negro y gris oscuro, con acabado de cromo y azul, y pantallas brillantes. A pesar de las constricciones, Cronenberg mantiene el espacio hermoso y activo. Por tramos largos, "Cosmópolis" es soñadora y divertida, de forma descentrada. En un momento, la limusina tira junto a un taxi, y Eric se mete en la cabina y se sienta al lado de una mujer bastante joven (Sarah Gadon), quien resulta ser su mujer de veintidós días. Tienen una conversación educada; que acuerdan reunirse para el sexo. Pero a medida que la violencia fuera crece más frenética, y el dinero desaparece, el tono de la película se oscurece. Eric se desenrolla, perdiendo lentamente su voluntad de dominio. Se vuelve masoquista y prácticamente indiferente a todo, pero las sensaciones corporales más extremas. Cuando John Updike revisó la novela en estas páginas, le preguntó por qué deberíamos preocuparnos por la posible muerte de este sistema de cifrado arrogante. Una buena pregunta, pero no estoy seguro de que la implicación emocional es la meta de cualquiera de la novela o la película.  Al final, Eric se encuentra con el mundo que ha dejado atrás, en la persona de un ex empleado, el despeinado, y áspero Paul Giamatti. El futuro puede haber superado el presente, pero la arcilla bajo los pies de Eric es todavía capaz de una rebelión activa.

Créditos: 
Fuente Newyorker.com  
Vía RPWW // Traducción Pattinson Films